El título de hoy, se refiere a la expresión usada para describir un lunes de crisis financiera mundial, considerando la caída de los mercados bursátiles de forma drástica y generalizada.
En los países capitalistas, el término refleja un pánico subido de color por las pérdidas masivas que afectan a inversionistas tradicionales, las empresas y economías enteras de los países… como un fenómeno en cadena.
El domingo pasado, todo el día, en Gringolandia se empezaron a dar manifestaciones gigantescas, como la de Washington D.C., que logró concentrar a miles de norteamericanos que rechazan la estrategia económica de su presidente Donald Trump basada en aplicar aranceles a todo el mundo, lo que ha provocado una inflación loca en ese país.
El mensaje presidencial, a través de su red ‘Truth Social’, se difundió la postura del originario de Nueva York, insistiendo a la población norteamericana para mantener la calma, a pesar del fuerte desplome en Wall Street.
“Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer algo que debió haberse hecho hace décadas. ¡No sean débiles! ¡No sean estúpidos! ¡No sean PANICUAS! (calificativo a un nuevo partido basado en gente débil y estúpida) …” escribió Trump, media hora antes de que abriera el mercado.
El mensaje del mandatario gringo llegó a sus conciudadanos después de una semana muy turbulenta en el ámbito financiero no solo de su país, sino del mundo, reflejando que el S&P 500 cayó un 10.5% en dos días, el Nasdaq un 11.4%, y el Dow Jones un 8.1%.
Por si fuera poco, este lunes alcanza el color muy serio (negro) con el desplome continuó, al ver al Dow y el S&P 500 que perdieron más de un 2% en los primeros 30 minutos de operación, mientras que el Nasdaq bajó un 1.65% a las 10:00 hrs., este lunes 7 de abril, apenas a tres meses de iniciado el cuatrienio de Trump y ya anunciaba una nueva reelección.
Con la expresión triunfalista de “¡Sé fuerte, valiente y paciente, y el resultado será GRANDEZA!”, remató Donald Trump en otro mensaje a los estadounidenses.
Una reflexión vale la analogía, sobre el triunfalismo con el que el neoyorkino habla a sus gobernados, exactamente igual con el que hablaba el macuspano del ‘pueblo bueno’, a los mexicanos que apoyan la ‘democracia’, a los nacionales que buscan el ‘liberalismo’, a la población que ‘nos pide la transformación’.
No son las mismas palabras, pero sí la misma intención, porque Trump todavía no llega a prometer un sistema de salud mejor de Dinamarca y en la crisis del poder prometerá el mejor sistema de salud del mundo.
El presidente número 47 de los vecinos del norte, es un hombre nacido en la riqueza familiar y ha sabido ganar muchos más dólares, de los que haya heredado, gracias a sus estrategias de arrogancia (valemadrismo) con sus contrincantes y los atrevidos proyectos que le han redituado, como la Revista Play Boy y los certámenes de Miss Universo, además de su incursión en programas de TV y hasta el cine en su país.
Como político entra al partido Republicano de su país no para ser gobernador, sino quizá, por capricho y alguna vez se le ocurrió entrar a la candidatura por la presidencia y llegó.
Donald Trump es la primera persona que ejerce la presidencia en la historia de Estados Unidos siendo condenado penalmente por el sistema judicial, pues resultó culpable de 84 delitos, unos de corrupción y otros sexuales con mujeres de la calle.
Desde luego que la analogía con YSQ se perdió apenas en el primer párrafo, porque el macuspano fue hijo del tendero y si bien tenían una economía familiar solvente, no pudiéramos decir era rico.
Ahora es otra historia.