El título de hoy pudiera parecer un eslogan político partidista o de algún candidato en busca del voto popular, con la intención de llegar al cargo que le han ofrecido como recompensa a su lealtad, disciplina, negociación con alguna persona u organización, pero que la escuela de la vida nos ha enseñado que esos candidatos de ahora son los primeros en dar la espalda a las peticiones populares.
Viva La Gente ¿fue? una organización sin fines de lucro, nacida en 1965 cuyo objetivo fue crear conciencia en diversas comunidades sobre la situación del mundo en ese tiempo, con la intención de modificar la actitud y manera de pensar en la gente y crear un mejor lugar para todos.
La popularidad de la música, coreografía, juventud y colorido de la organización estadounidense creció entre 1965 y 1970 con canciones como “Viva La Gente” que da nombre a la organización que, por cierto, cuenta con una larga historia que incluye gran número de participantes, actuaciones y audiencias en el mundo.
Las estadísticas dicen que aproximadamente 20 millones de personas en 48 países han asistido a sus actuaciones; han proporcionado unos 3 millones de horas de servicios comunitarios y 450 mil familias han alojado a los jóvenes en sus hogares cuando andan de gira. Los más antiguos integrantes suman unos 20 mil de 79 países distintos.
Los jóvenes seleccionados están en un rango de edad entre los 18 y 29 años, que tienen como condición viajar durante uno o dos periodos de 5 a 6 meses, a distintos lugares del mundo. Además de participar en las representaciones y actividades de voluntariado y colaboran con las entidades locales como una forma de corresponder a quienes les admiten como huéspedes.
Distintas ciudades del territorio nacional mexicano sirvieron de escenario para las presentaciones de los jóvenes de Viva La Gente, siempre dejando un excelente sabor de boca no solo por la calidad del espectáculo, siempre gratuito, sino por los mensajes de amor, lealtad, amistad, sinceridad y todos aquellos valores que realzan la calidad humana.
Los espectáculos de Viva La Gente siempre dejaban un halo de esperanza, de buena voluntad, de principios humanos limpios. Jamás fueron conciertos como en los últimos 20 años las autoridades de algunas ciudades, como en la capital del país que ofrecen a la población como distractores de los problemas de ingobernabilidad, donde la gente baila al ritmo que les tocan, pero pasada la euforia, todo sigue igual, sin mensaje propositivo, solo vitorear al del micrófono.
El coro de su himno dice “Viva la gente, la hay donde quiera que vas… Viva la gente, es lo que nos gusta más. Con más gente a favor de gente. En cada pueblo y nación, Habría menos gente difícil y más gente con corazón. Habría menos gente difícil y más gente con corazón”
Quien escribe acepta este tema precisamente por la época no solo de la Semana Mayor que acaba de concluir, sino la cuestión electoral en México, cuya finalidad es que la mayoría de los ciudadanos acudan a las urnas para poder votar (elegir) a los gobernantes del municipio, a los ciudadanos que analicen y discutan verdaderamente la conducta no solo del ciudadano, sino de los funcionarios públicos.
Se traduce necesario que todo aquél que tenga una credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) que no se contente solo para identificarse. Debe servirle como garantía para elegir, que le permita no ser rehén de las imposiciones partidistas, porque a cada momento obtenemos menos libertades y mayores obligaciones.
El ejemplo: Si usted no paga impuestos como persona moral o física, simplemente la autoridad fiscal está en su derecho hasta de meterlo a la cárcel. No sucede lo mismo con los funcionarios que no cumplen con sus obligaciones. Por ejemplo, en una fuga de agua de la vía pública, jamás nos hemos enterado de una sanción para ningún empleado de la COMAPA, porque no existe.
No es lo mismo si a un usuario con el medidor del agua en la vía pública, frente a su domicilio y los amigos de lo ajeno se lo llevan. A la denuncia, los empleados le indicarán que levante la demanda ante la agencia del Ministerio Público y entregue una copia a la COMAPA, quien cobrará la mitad del importe del nuevo medidor.
Los elegidos deben ser del pueblo, no de los partidos políticos, no de los aspiracionistas que pretenden seguir cobrando por traicionar sus propias promesas de campaña.
Viva La Gente posiblemente fue un distractor para la juventud de la década de los setentas, quizá fue el ‘mejoralito’ que contuvo a la muchachada de entonces… Pero sin duda ya es tiempo de despertar y saber qué podemos hacer exactamente.