En varias ocasiones Marcelo Ebrard, en su papel de corcholata, que trata de empujar su proyecto como tal, no ha vacilado en hacer notar que una lucha, o pelea política, cuando se hace sin reglas claras es, llanamente, la ley de la selva. La expresión nace de su petición reiterada de que las corcholatas deben renunciar a su cargo para que el piso sea parejo. La cuestión es que, en todos lados, la lucha política es así: la ventaja es de quien tiene, a su disposición, más y mejores recursos.
Todo hace indicar que Claudia y Marcelo están enfrentados. Que cuidan las formas pero que, en la medida que pueden, meten el pie, la zancadilla o el golpe bajo. Es evidente el pleito que hace días Marcelo asentó que es evidente que hay una “favorita” y Claudia, poniéndose el saco, le contesto que la favorita es la 4T. Claro, se ven, se encuentran y se saludan…En tanto que ellos se pelean, Adán Augusto, el Secretario de Gobernación, intensifica su proselitismo.
LOS RECURSOS DISPONIBLES.
En toda competencia política, por una candidatura a un puesto de elección popular, el triunfo o a derrota, la hace el dinero; el recurso económico que facilita o apoya a la operación política. Cuentan que, en una elección, el candidato perdedor conversando con su operador, le hace notar que su contrario invirtió, gasto mucho dinero: le respondió, no mi hermano, lo que paso es que tu no quisiste gastar. Por eso, en la elección pasada un candidato puso muchos, muchos, panorámicos: dijo su jefe de prensa, es preferible ser un candidato ganador multado, que un candidato perdedor por guardar el dinero.
Las historias se cuentan solas: todo candidato, tarde o temprano, encuentran inversionistas, que aportan el dinero para la campaña electoral. Se entiende que, una vez obtenido el triunfo, los inversionistas obtienen su premio: puestos en el gobierno para sus amigos y familiares o contratos de obras o como proveedores gubernamentales. En Tamaulipas son ampliamente conocidas las historias de nuevos ricos o de familias que en seis años resolvieron su problema económico.
En los pueblos chicos, digamos los rurales, como Güemez, Llera, Padilla o Jiménez entre otros, también se cuentan historias de líderes y candidatos: el líder natural, gestor por todos conocido, no puede ser candidato. Y resulta que, de pronto, aparece un candidato independiente, conocido y con recursos y gana la elección. Llera y Jaumave, entre otros, son algunos municipios que han tenido ese caso.
EL CARGO, LA DIFERENCIA.
Es evidente que en la lucha por la candidatura presidencial hay una diferencia: el cargo. Inicialmente Claudia Sheinbaum tomo ventaja por dos razones: es la Jefe de la CdMx y en más de una ocasión el Presidente AMLO la placeo y estimulo que le dijeran Presidenta. Además, como cargada, sus panorámicos y bardas aparecieron por arte de magia en distintos lugares de la Republica. En trabajo, Marcelo va rezagado y Adán Augusto está agarrando ritmo, pensando que puede ser un tercero en discordia. Monreal, ni en cuenta, ahora menos, con eso de que prefiere no ser nada, antes que traicionar a AMLO.
En el caso de Tamaulipas los recursos disponibles hacen su tarea. En este caso es ampliamente conocido como Américo Villarreal Santiago recorre la entidad como líder de la AVAnzada, reparte despensas y hace cabalgatas en los municipios rurales; y en las ciudades es parte del presídium en los eventos de Bienestar Social, dijeron representando a su padre. En este momento, los morenistas y votantes, conocen más a José Ramón Gómez Leal, porque fue el responsable del programa de bienestar y a Américo Jr por ser el líder de AVAnzada.
En algunos casos el cargo puede hacer la diferencia, pero en ambos sentidos. Leo encuestas que posicionan a Jesús Nader en Tampico y a Adrián Oseguera en Madero (PAN y MORENA, respectivamente) como buenos alcaldes; y en el caso de Eduardo Gattas, no llega a esos niveles de aprobación, pero observamos su desempeño en áreas de servicios públicos y, la verdad, uno se pregunta: ¿Cómo puede pensar en la reelección como gobernante capitalino?
EL MAS FUERTE.
Cuando Marcelo hace referencia a la ley de la selva se refiere a que, en esas condiciones, va a ganar el más fuerte; fuerte por los elementos a su disposición, como es el caso del favoritismo presidencial, la ausencia de unas reglas claras, por eso pide, pide parejo… que todos renuncien y, hagan de cuenta, se rasquen con sus uñas y no con el presupuesto público. Y que haya un debate