Cada día nos sorprendemos con lo que sucede en la praxis política. La teoría de los partidos políticos nos enseña que representan a una parte de la población; a aquella que se identifica con su valores y principios, sobre todo con su programa de acción. En México, de acuerdo a la legislación, los partidos políticos son organizaciones de interés público y tienen la obligación constitucional de promover y fomentar las prácticas democráticas, tanto en su organización interna como en el quehacer político.
La vida real, de partidos políticos, como de sus líderes, va por otro camino. Lo vemos casi todos los días; más en los días previos a una contienda electoral o en la propia contienda. Los partidos, al menos en México, no representan a la sociedad: representan los intereses de su cúpula del poder, lo que menos les importa es garantizar los derechos políticos de su militancia… por eso, la certidumbre de que en México hay una partidocracia.
ABANDONAR EL BARCO.
Los líderes y líderes partidistas empezaron a abandonar el barco, su partido, cuando este les cerro las puertas. Recuerdo el caso de Gustavo Cárdenas: hizo talacha en el PRI, que en aquel entonces tenía Antonio Martínez Torres como su Presidente Estatal. Gustavo hizo labor de posicionamiento en diversas colonias; les arreglo calles, áreas de esparcimiento, se vinculó también con los deportistas: les arreglo canchas, les regalo balones, pelotas, uniformes. Martínez Torres nunca lo recibió, recibió la invitación del PAN para ser su candidato… y gano la Presidencia Municipal.
Abandonar el barco, digamos de una manera descarada, es cuando ya no recibe privilegios, candidaturas u otros beneficios, precisamente porque el partido va perdiendo espacios de poder. Así, hemos sido testigos, de como muchos han abandonado el barco priista y hoy están en MORENA: priistas, panistas y perredistas, entre otros, ahora son legisladores, gobernadores morenistas; en tanto que otros, siguen disfrutando las mieles del poder representando a la 4T, a MORENA. Abandonaron el barco antes de que termine por hundirse.
USURPACION PARTIDISTA.
En las últimas elecciones hemos visto acciones que van en contra de la democracia y los derechos políticos. Vimos el caso de Juanito, que gano una alcaldía y, por instrucciones de YSQ, renuncio para que entrara Clara Brugada; y como olvidar el caso de las mujeres, que participan en una elección, ganan y luego piden licencia para que su lugar sea ocupado, hasta en algunos casos, por su marido o un personaje de su partido… fueron acciones que violentan la democracia partidista y los derechos políticos de unos y otros.
El caso más reciente lo acabamos de vivir en Tamaulipas. Acto que puede ser considerado parte de la pudrición, o componendas, de cúpulas partidistas en contra de los intereses de la militancia. Resulta que Marco Antonio Batarse Ferrel, vinculado a MORENA y a las ambiciones presidenciales de la jefa de gobierno de la CdMx, hechos que nadie desconoce, acaba de tomar posesión dentro del Comité Directivo del Verde. El hecho se difunde como una consolidación de un proyecto político, incluso, avalado por el gobernador AVA. La mejor prueba es que su representante político, su hijo Santiago, fue testigo de honor en el evento.
En elecciones anteriores los fundadores de MORENA se han quejado: las candidaturas se las dan a arribistas, sin méritos, que vienen de otros partidos. Incluso, con la integración del gabinete de AVA, hubo reclamos, buena parte de los beneficiarios fueron expriistas y uno que otro panista, cuya única condición, es que son amigos de AVA, de la familia o de su primogénito. Con la llegada de Marco Antonio al Verde, más la de Jesús Villanueva Perales, connotado expriista, como la de un sobrino de Eugenio Hernández Flores… hagan de cuenta que lo hacen solo para satisfacer intereses y proyectos políticos personales: no de partido.
POR SUS HECHOS LOS CONOCEREIS.
La expresión es bíblica y es fácil aplicarla en todo momento y para todo. En especial para los políticos: todos, pero todos, tienen un historial: por lo regular los políticos mexicanos, sobre todo los tamaulipecos, tienen un historial de corrupción cobijada por la impunidad judicial. Por eso, también, hay otra expresión que vale recordar: los pueblos tienen a los gobernantes que merecen… el ciudadano al votar olvida historias políticas.