En los portales noticiosos del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz, se reporta del presunto abuso de una menor y se acusa a uno de sus compañeros del mismo grado en una escuela Primaria del Puerto de Altamira.
El periodista Oscar Figueroa de aquella región sureña del estado señala que la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, por este hecho abrió una carpeta de investigación donde es señalado el presunto encubrimiento de la docente de grupo y de la dirección, por lo que se inició la investigación visitando el plantel y escuchando declaraciones.
Como medida precautoria para el menor -presunto agresor- las autoridades decidieron suspenderlo tres días, mientras los investigadores profundizan en su encargo, aunque trascendió que el niño se encuentra bajo tratamiento médico, suspendido -por cierto- debido a que sus padres son de recursos económicos muy bajos.
Lo muy delicado del tema es el actuar de la profesora y el director del plantel, pues presumo de la inexistencia de un protocolo orientador a los docentes sobre casos como el que se señala. Incluso en los Planes de Estudio de la Educación Normal carece de asignaturas como introducción al derecho o algo similar.
En algunos planes de estudio los normalistas cursaron solo un semestre sobre legislación escolar, limitada a los deberes y derechos de los trabajadores y a cuestiones administrativas, pero no en casos como el que se señala hoy.
Hasta donde sabemos, no hay orientaciones sobre este u otros temas que pudieran orientar a los profesores sobre el quehacer correcto o las vías de canalización que oriente a padres de familia para auxiliar a sus hijos.
Hemos visto videos en las redes sociales y telenoticieros diurnos y nocturnos de maestras que cantan -como distractores- con los niños, ante el ruido que producen las balaceras en zonas peligrosas. ¿Quién dijo a los docentes que eso debían o podían hacer?
La intención de este espacio me permite -muy a propósito- no identificar la escuela o los actores (niños, docentes, directivo, padres de familia) porque, aunque la violencia infantil es importante, me parece también que la orientación debe ser prioritaria y quizá con ello pudieran los profesionales de la educación, actuar con más respaldo a su quehacer.
Las mismas autoridades deben tener registro de los docentes incluso que han sido sancionados desde un cambio de escuela hasta una sentencia por hechos escolares que terminaron en tragedia, como aquellos de secundaria que columpiaron a su compañero y lo azotaron contra la pared. La maestra que en ese rato calificaba algún ejercicio, fue acusada por homicidio imprudencial.
En temas nacionales algunos opinan que algo fuerte está sucediendo en la CDMX y no es bueno. No por la imagen de la corcholata presidencial (Claudia Sheinbaum Pardo), sino por los usuarios del Sistema del Tren Metropolitano (METRO) en la capital del país.
El periodista Ivan Mejía de Excélsior, publicó que usuarios del METRO, sufrieron un asalto en la estación Velódromo, este jueves 19 de enero a media mañana, según el video difundido en redes sociales y donde se observa rostros de pánico de mujeres y hombres de todas las edades.
Desde luego las autoridades del METRO en un comunicado que el mismo periodista señala, desconocen del hecho e informan de la revisión exhaustiva de la Línea y en particular de la estación Velódromo, pero ¿Qué cree? No encontraron nada, ninguna irregularidad, ni siquiera una queja, aunque sí conminan a los usuarios a presentar sus denuncias.
El video exhibido en el portal del periódico Excélsior, repite la escena de gente agachada entre los asientos, sino que se escuchan voces que dice en repetidas ocasiones, “tranquilas… tranquilas” otra voz, con angustia manifiesta pregunta a nadie “¿ya se bajaron? ¿no?
El que la presidencia de la República haya autorizado seis mil elementos de la Guardia Nacional para vigilar las instalaciones del METRO, cuestiona su presencia sobre seguridad, porque lo que había pasado son accidentes provocados por falta de mantenimiento.
Poco se hablaba de robos en solitario a usuarios del METRO. Jamás fueron señalados asaltos en masa como el de hoy en la Estación Velódromo.
Parafraseando a Don Héctor Suárez cuestionaría: ¡¿Qué nos pasa?!