Comenzaron los maestros de escuelas de tiempo completo una huelga en lo que corresponde a sus horarios extras, tres o cuatro horas adicionales que el gobierno federal no ha querido pagarles por razones desconocidas.
Obvio es que en el problema también la Secretaria de Educación debe hacer algo, por lo menos, dar la cara y explicar el motivo de tal falta, decirle a los profesores que deben regresar y se les pagará en determinado tiempo porque los más afectados son los niños.
Las escuelas de tiempo completo, en un Estado como Tamaulipas, son el mejor método de prevención del delito, mantiene a los niños aprendiendo y bajo la vigilancia de maestros mientras los padres cumple sus horarios de trabajo, es decir, evitan que se queden los menores solos en casa, en el caso de estudiantes de secundarias, se previene que los muchachos comiencen en los vicios, el sexo a edades no recomendadas e incluso que puedan reunirse con malas compañías ya que sus padres o familiares no pueden estar al pendiente de los mismos por tres o cuatro horas.
El proyecto original no era que las escuelas de tiempo completo funcionen únicamente como guarderías, se suponía que en las horas adicionales los niños aprenderían cosas diferentes, música, ingles, deportes, e incluso podrían reforzar o rescatar a quienes tengan baja calificación en español y matemáticas, es decir, quizá el proyecto va a la mitad pero no es motivo para cortarle recursos.
El dinero, es obvio, lo envía la federación para ese programa, por más que haya fallas en la Secretaría Estatal es una obligación y sentido común del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador rescatarla para que el programa funcione.
Es claro que también es tiempo que el gobernador también tome cartas en el asunto, que analice bien la chamba que hacen sus funcionarios en la Secretaria de Educación y detecte quien comete falla tras falla o quien no es capaz de informar con tiempo lo que habrá de ocurrir con dichos pagos porque no es la primera vez ni el primer programa que se les retrasa.
Mire, los pagos anteriores se supo que la falla fue el sistema que se utilizó, es un software que contrató la Secretaria de Educación federal y que, extrañamente, volvió a comprarse por la administración de AMLO, es decir, puede estar ocurriendo que solo se les ponga una trampa a los gobiernos no afines para que padres de familia y maestros les acusen de ineptitud y eso es precisamente lo que ha faltado concretar, dejar claro, explicar.
La urgencia, por lo pronto, es corregir y hacer labor política para que los maestros regresen a cubrir sus horarios completos ya que no solo se trata de los avances en el tema educativo, también tiene que ver el tema, como le explicaba al principio, con prevención del delito, con darle a los padres y niños la garantía de que van a estar bien mientras desarrollan los adultos sus respectivas labores para beneficio de Tamaulipas.
Y si, en lo personal creo que la tendencia debe ser que todas, o casi todas, las escuelas de Tamaulipas adopten los horarios de tiempo completo, aprovechar los recursos humanos que se tienen y, sobre todo, que se apliquen para seguir aumentando la prevención del delito y la tranquilidad de nuestra gente.
Si se puede, es cuestión de hacer un análisis de costo de beneficio, de evaluar en cuanto sirven las escuelas de tiempo completo para enterarse que el programa vale la pena.
El caso es que hoy lo maestros hacen un justo reclamo de lo que les corresponde, también que hay un silencio de la federación al respecto lo que hace presumir que no es casual lo que está sucediendo, da la impresión que quieren hacer ver mal al Estado y, lo peor, es que quizá todo sea con fines electorales.
Le insisto, las escuelas de tiempo completo son, además del trabajo más serio en prevención del delito, un paso adelante para mejorar la calidad educativa, para hacer que los niños desarrollen sus talentos de manera armónica, les falta mucho por mejorar y por supuesto que no estoy a favor del paro de labores de los maestros que trabajan en ese programa pero también hay que comprender que es una injusticia ponerlos a desempeñar sus labores sin recibir pago alguno en retribución.
En que se puede mejorar, pues en mejores planeaciones, en dotar a las escuelas o por lo menos a las supervisiones de equipos de trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos y otros especialistas que puedan provocar que la educación en esas instituciones sea integral y de beneficio para todos.
Ojalá, por el bien de Tamaulipas, el conflicto se pueda resolver lo más pronto posible y, ojalá, también por el bien de Tamaulipas, no se trate todo este desgarriate de una lucha más por lo votos de los ciudadanos tamaulipecos, que los morenos estén bloquendo los recursos para que la gente se vaya con la finta de que el problema es el Estado panista.