Tiene mucha razón la dirigente del Sindicato Industrial de Trabajadores en Plantas Maquiladoras, Similares y Conexos de Ciudad Victoria, María Dolores Zúñiga Vázquez, de considerar a la titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) de Tamaulipas, Olga Patricia Sosa Ruiz, como enemiga de los trabajadores porque desconoce ni le interesa la negociación que se lleva con los representantes de la empresa maquiladora Kemet, quienes ofrecen el ridículo incremento salarial del 4%.
Y es que Zúñiga Vázquez rechaza que la empresa Kemet no tenga la capacidad financiera para otorgar un aumento salarial acorde a la crítica situación que vive la clase trabajadora con el encarecimiento de los alimentos a causa de la inflación, como argumentan los representantes patronales.
La exdiputada federal Sosa Ruiz nunca se ha pronunciado a favor de que se otorgue un incremento salarial justo y equitativo para los trabajadores, puesto que no se trata de “ahogar” financieramente a la empresa Kemet, pero sí de que pague un ingreso decoroso, sobre todo ahora que aumentó la demanda de capacitadores y dispositivos electrónicos que se fabrican en la planta de Ciudad Victoria, incluso los obreros deben trabajar horas extras, según la dirigente sindical Zúñiga Vázquez.
Desde que se dio a conocer que la exlegisladora tampiqueña sería la titular de la STPS de Tamaulipas varios dirigentes sindicales vieron que se inclinaría más a favor del sector empresarial que proteger los intereses de la clase trabajadora.
Coinciden en señalar que todavía no se repone de la aplastante derrota que sufrió en la elección del 5 de junio del 2022, cuando sucumbió ante el candidato del PAN a la alcaldía de Tampico, Jesús Nader Nasrallah, a pesar de todo el apoyo que tuvo por parte de su padrino político.
Además, la actitud indiferente de la señora Sosa Ruiz choca de frente con la política del presidente López Obrador de exigir al sector empresarial que otorgue más y mejores salarios a sus trabajadores.
Sería conveniente que la lideresa sindical Zúñiga Vázquez denuncie a la exlegisladora tampiqueña ante López Obrador de avalar en forma subrepticia el alza salarial del 4% que ofrecen los representantes de la empresa maquiladora Kemet de Ciudad Victoria.
No es la primera vez en que los negociadores de la empresa Kemet “estiran la liga” para conceder un mínimo aumento salarial, puesto que a lo largo de la historia de está maquiladora de origen Coreano en Ciudad Victoria siempre ha sido así y de inmediato amenazan con cerrar e irse a otra parte, pero no les conviene porque aquí tienen mano de obra barata y especializada.
Por otra parte, resulta preocupante que el banco Wells Fargo de Estados Unidos anuncie a sus clientes mexicanos que a partir del próximo 21 de abril dejará de enviar sus remesas a través del Banco Bienestar porque detectó fallas en sus controles para evitar el lavado de dinero, según lo denunció el expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Mario Di Constanzo Armenta, durante una entrevista que concedió a Ciro Gómez Leyva.
Wells Fargo es el 4° mejor banco de Estados Unidos, por lo que se debe de tomar muy en cuenta la advertencia de que el Banco Bienestar carece de controles para evitar del lavado de dinero, sobre todo cuando la mayoría de las remesas llegan para familias de escasos recursos económicos que son enviadas por mexicanos que trabajan en la unión americana.
Si bien es cierto que el Banco Bienestar sólo recibió el 5% de las remesas que enviaron nuestros connacionales el año pasado, cuya cifra alcanzó los 50 mil millones de dólares, no hay duda de que la advertencia del banco Wells Fargo es un llamado de alerta a tiempo para evitar que el “banco de pueblo” sea el medio de las organizaciones criminales para lavar dinero.
Desde la creación del Banco Bienestar ha enfrentado fuertes problemas no sólo por la falta de sucursales, como sucede aquí en Ciudad Victoria, sino también porque la mayoría de los cajeros automáticos son obsoletos luego de una compra que estuvo llena de sospechas de corrupción.
Entre otro tema, la embestida en contra de la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández fracasó rotundamente porque si bien es cierto que varios fanáticos de López Obrador se han dado a la tarea de tratar de desacreditar a la primera mujer que encabeza la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la sociedad mexicana confía ahora más en el Poder Judicial de la Federación (PJF).
En una reciente encuesta acerca de la campaña de odio que ha lanzado López Obrador en contra de la ministra presidenta Piña Hernández, casi el 70% de las personas consultadas condenó la actitud grotesca y majadera del presidente de la república.
Los fanáticos de López Obrador quemaron una efigie de cartón de la ministra presidente Piña Hernández, durante la conmemoración del 85° aniversario de la expropiación petrolera en el zócalo de la Ciudad de México, cuyo caso fue condenado por legisladores de la oposición.
Incluso, muchos recuerdan otro hecho vergonzoso que escenificó la activista Julia Mercedes Klug, quien vestida con un birrete, la réplica de un rifle de alto poder y varios billetes, se manifestó a las puertas de la SCJN para proferir insultos y calumnias en contra de la ministra presidenta Piña Hernández.
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