Los cursos y procesos de capacitación, que son impartidos hacia los que aspiran a ser agentes de tránsito se han ido a un cesto de basura. De no ser por los exámenes de control y confianza, que son aplicados por servidores públicos que no se prestan a sobornos o dádivas, la Capital del Estado tendría feroces agentes, dedicados al condicionamiento, el soborno, la extorción y demás sinónimos. Por eso, como se dice en el argot futbolístico, las declaraciones del Subdirector Operativo de Tránsito FRANCISCO ORIHUELA SOLíS en el sentido de que las prácticas de ilícitos cometidos por elementos de Tránsito ya son cosa del pasado, están fuera de lugar y en el peor de los casos, posiblemente solapadas por quien está al frente de esa corporación JESUS RAFAEL MAURET. Y es que las quejas y denuncias de automovilistas en contra de la actuación de los elementos de Tránsito en Victoria son a diario, dicho por ORIHUELA SOLIS. En el peor de los casos, todas esas denuncias ni siquiera proceden. Dicho también por ORIHUELA. Así que si piensan interponer denuncias, mejor ni pierdan tiempo. Cuando inicio la administración de XICOTENCATL GONZíLEZ URESTI se habló hasta el cansancio de la rectitud en la que deberían trabajar los agentes de Tránsito. Incluso se dijo que todo aquel que aspirara a ese cargo, tendría que ser evaluado con exámenes de control y confianza que solo sirvieron para dos cosas. Lo cierto es que dentro de la corporación hay elementos honestos, pero también, aquellos que pese a ser denunciados o tienen quejas en su contra, ni siquiera proceden. Y no hace falta ir muy lejos, para darse cuenta que en cualquier calle en la que puedan ocultar lo que hacen, instalan una especie de retén, en los que desafortunadamente infraccionan a los conductores de vehículos viejos, sin placas o con las que les entregan organizaciones como la UCE, la UNAM, Onafapa y demás. Para los agentes, ese tipo de unidades son carne de cañón. Lejos de irse con aquellos de modelo reciente, le pegan al albañil, al carpintero, al que traslada material para construcción, vende o compra algo, por lo más mínimo. Como lo dice ORIHUELA e insistimos, posiblemente solapado por el director. Los de moto, como los que se conducen en patrullas, es prácticamente lo mismo. A diario se observan en diferente sector de la ciudad, a la espera o la caza de los que se dejen, ante la impotencia de los que saben que van bien, pero que aun así, no se libran de ser sujetos de una “infracción†cuando bien les va o “dejan†algo a los agentes para evitarlo. Pero no solamente lo hacen entre semana, sino también en los denominados operativos anti alcohol, los que si bien son para evitar accidentes por quienes manejan en estado inconveniente, se han alejado de ese propósito para ser utilizados como mecanismos de ingreso. Bajo la oscuridad de la noche, envalentonados por ser autoridad, hay agentes de tránsito que se han especializado en argumentación y cobranza, a menos de que el conductor “deje algoâ€. Saben cuánto cobra la grúa y hasta la sanción por conducir en estado inconveniente, que en suma –según los tránsitos- superan los siete u ocho mil pesos. Desde luego que muchos de los conductores prefieren “dejar algo†que ser sujetos no solo de sanción, sino de ser detenidos junto con el vehículo en el que se traslada. Atrás quedo la función social de los agentes, los que en un tiempo se prestaban para llevar al conductor hasta su casa y dejarlos en manos de sus familiares. Se olvidó la voluntad y la disposición para que, de entre los que van en un vehículo, uno de ellos maneje en lugar del que va embriagado aun con dos cervezas, cantidad que de ahí en adelante es positivo en la prueba antidoping. Qué tiempos aquellos, en los que ARIEL LOPEZ TALAMANTES no permitía eso a los agentes de Tránsito y por ende, actuaba contra el amiguismo y compadrazgo. No había preferencias e incluso, cortesías y simple y sencillamente se actuaba conforme al reglamento. Una persona que mostró honradez, rectitud y deseos de cambiar las cosas, a diferencia de ORIHUELA y MAURET que no salen del confort y menos acompañan a sus muchachos en los operativos.