ENCUESTAS PODRíAN DECIDIR LA NUEVA DIRIGENCIA NACIONAL EN MORENA
La divisa obradorista de no mentir, no robar y no traicionar, podría verse evidenciada, duranta la elección interna por el liderazgo nacional, que vivirá este partido, en noviembre próximo.
Ya desde ahora, los participantes están publicando encuestas, a modo y gusto de quien las contrata, tratando de comerse el mandado, unos a otros, en un callejón interno, que parece no tener salida, en lo que se refiere a una inminente división y enfrentamiento.
Los días 23 y 24 de noviembre, habrá de darse la definición en lo que se perfila, como el reacomodo de fuerzas más importante, en el morenismo, de cara a la elección del 2021, que será crucial para saber de que está hecha la 4T, en su reto de retener la mayoría de la cámara baja en el Congreso, pero también en su guerra por las gubernaturas que estarán en juego.
Sin embargo, aquí hay algo, cada vez más notorio: el Presidente de la república, AMLO no necesita mucho de su partido, estructuralmente hablando, pues la verdadera operación política, no se está dando a través de MORENA, sino por medio del organigrama institucional, donde se encuentran las dependencias federales, encargadas de aterrizar programas sociales, medulares en materia de clientelismo político.
El clientelismo y el asistencialismo social, serán las verdaderas estrategias de la 4T, para incidir, en el electorado del 2021, mientras tanto, los cambios en la dirigencia nacional morenista que ya se aproximan, solo habrán de servir, para darnos una idea, del rumbo que AMLO pretende darle a su propia sucesión presidencial, en el 2024. O bien para medir el empoderamiento de los grupos locales, en su lucha por las candidaturas a gobernador.
Si AMLO le entrega el partido a Marcelo Ebrard, por la vía de Mario Delgado, el poderoso canciller, le estaría sacando ya desde ahora, unos pasos adelante , a sus adversarios, en la carrera por la Presidencia de la república.
En cambio, si le entrega el partido a Bertha Luján, estaría entregándole su juguete consentido a una mujer que tiene su fierro con mayor antigí¼edad, aunque también estaría coqueteando con las aspiraciones presidenciales de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, con quien Bertha Luján simpatiza y se identifica. Por cierto AMLO ha defendido apasionadamente a la Sheinbaum, por quien siente un especial afecto.
Aunque en este terreno, Ebrard lleva mucha ventaja, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde parece apostarle a la reelección de Trump, y trabajar su candidatura, alineada con los intereses de la Casa Blanca. El tema de los migrantes y las deportaciones masivas, desde la frontera con Centroamérica, parecen convertirse, en la llave maestra, con la cual MEC, se ha ganado buenos puntos ante su jefe AMLO, y al mismo tiempo, le ha agradado al vecino del norte. Para Ebrard, esto ha sido ganar-ganar.
El caso del grupo Monreal, se cuece aparte. Se trata de una facción que está jugando en el filo de la navaja, en ocasiones a favor de AMLO, en otras expresando su diferendo con el Presidente. Pero en cualquiera de los casos, los monrealistas, muestran que le pueden ser útiles al obradorismo, y esa es la carta que están jugando: seguir ahí al lado del Presidente, como libres pensadores que le apuestan al desgaste político de sus adversarios.
En la ruta de los monrealistas, no se ve MORENA, por ahora, pero sí una posición clave de la política interna, como podría ser la Secretaría de Gobernación. Además, si bien es cierto que es compleja la posibilidad de que se hagan de la dirección nacional del partido color ladrillo, existen las condiciones para que uno de sus elementos más distinguidos, como es Alejandro Rojas Díaz Durán, ocupen una posición importante, en el nuevo Comité Ejecutivo Nacional de éste partido.
El Monrealismo está en una fase de crecimiento. En un futuro cercano, (2021), la hija de Monreal, Katy, se perfila como candidata a gobernadora de Zacatecas.
Y de ahí para adelante, la lucha de este poderoso grupo, por la primera silla de Palacio Nacional, será aun más intensa.