Los ojos, los oídos, y hasta las calculadoras del INE y el IETAM están puestas en el proceso para elegir en tierras tamaulipecas a los 22 diputados locales de mayoría y a los 14 diputados pluris.
Personal del INE y del IETAM acuden a cuanto evento, recorrido y crucero que programan los candidatos, llevando la fiscalización de cada pulserita, gorra, o pegote propagandístico para carro que tengan a bien regalar los prospectos que con una sonrisa de oreja a oreja buscan ganarse la buena voluntad de los ciudadanos poseedores de una credencial de elector.
Los del INE y el IETAM se acercan a los recorridos partidistas en barrios y ejidos para contar todo lo que gastan. Es más ya hasta pidieron a candidatos una agenda de trabajo por adelantado, para checar que haya coherencia entre lo que informan que van a hacer y lo que andan haciendo.
En esta acciones luego los fiscalizadores hasta andan importunando a gente que nada que ver con el equipo humano de los candidatos. Nomás ven a un fotógrafo y como si fuesen la Santa Inquisición lo interrogan sobre el costo y copia de la factura de su cámara fotográfica. “Oiga, permítame, yo no ando jalando para el candidato, yo jalo para tal periódico… y esta camarita es mía, de mi propiedad. Ni siquiera es de mi periódicoâ€.
Pero así son los fiscalizadores del INE y IETAM. Prefieren confrontarse con un presunto fotógrafo de prensa a que se les vaya un candidato derrochador vivo.
Estos fiscalizadores todo lo complican. Por ahí andan. Y ya no puede un candidato decirle en voz baja y en corto a una humilde madre de familia que al saludarlo le pide una despensa, “ahorita la ayudamosâ€. O peor aún, cuando un votante enfermo le pide al candidato que le entregue una ayuda para comprar la medicina. Antes lo usual era que discretamente el candidato le decía al votante: “Mire Don, ahorita que avancemos va a llegar con usted aquel… de la camisa verde, y le va a dar un dinerito para su medicina. Ahí le encargo Don, su voto y el de su familiaâ€.
Al ratillo se acercaba al votante el de la camisa verde y le daba en mano un par de billetes. ¿Pero ahora? Esos fiscalizadores todo lo complican. ¿Habrá que meterlos al presupuesto de campaña para que se hagan guajes? ¿O habilitar cupidos para que tal fiscalizador(@) enamore a la chamac@ guapa que anda en la campaña y se olvide de su sacrosanta chamba de fiscalizar? Ya ven que dicen que este mundo nos mueve el amor o nos mueve el dinero.
Y es que estando a la expectativa, bien buzo, incorruptible, el fiscalizador puede llamar al equipo de Delitos electorales y levantar un acta avalada por un Notario. Y hacerle la vida de cuadritos a los candidatos y sus respectivos partidos.
Dichos fiscalizadores buzos e incorruptibles se hubieran dado gusto repartiendo tarjetas rojas en la pasada elección en Xicoténcatl donde algunos candidatos andaban como “padrinos†adinerados en domingo repartiendo billetes de 500 pesos.
Son estas del domingo 2 de junio para diputados locales las elecciones más vigiladas, fiscalizadas y monitoreadas de la historia reciente de Tamaulipas.
Por adelantado los abanderados suspirantes a una curul tienen que dar cuenta a INE y IETAM. Son pues, como novi@s celos@s estos fiscalizadores… se les tiene que avisar a dónde anda uno… y con quien.
Con tanta traba, con tanta vigilancia, con tanta fiscalización, llagará en sus cabales algún candidata o candidato en sus cabales al domingo 2 de junio.
En contraparte los partidos ya dejaron en claro que serán muy vigilante del trabajo que sigan desarrollando los consejeros electorales para que la elección se haga en la forma correcta, sin favoritismos ni erratas.