Seguramente para muchos el título de hoy no signifique nada… en lo absoluto. Incluso son palabras cuyo significado desconocen. No en el caso de muchos educadores egresados de su Alma Mather como profesores y licenciados en educación, porque es el lema de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas (ByCENFT), con más de 135 años de formar docentes para el país.
El título son tres palabras en latín que significan “El trabajo todo lo vence” porque es la mística enseñada a los estudiantes de esta centenaria institución y que no se limitaron a su aprendizaje, sino también al diseño de estrategias y ejecución de acciones para intentar transformar a la comunidad donde les toque laborar, desde la cátedra.
En una ceremonia de gala, la Dra. Nora Imelda González Salazar, directora del plantel, acompañada de los subdirectores Dra. Ma. Antonia Hernández Yépez y Dr. Javier Reyna Escobar, con el personal docente y de apoyo para entregar a la sociedad tamaulipeca y nacional, nuevos licenciados en educación primaria y en Inclusión Educativa.
“El Trabajo todo lo vence” del personal de la ByCENFT se demostró no solo con la entrega de documentos que acreditan haber alcanzado el grado de licenciatura este 2024, sino al recibir y atender a los representantes de varias generaciones que vivieron su graduación hace más de 50 años y en esta ceremonia hicieron acto de presencia para entonar los acordes de la Marcha Normalista.
Los acordes del canto emblemático “Mensajeros de paz y alegría… aquí venimos a representar, a esa fuente de luz y energía que se llama la escuela Normal… Nuestra escuela Normal tan querida, que es del estado legítimo honor, Y juramos que por siempre con fe y con valor, trabajar para hacerla por siempre mejor”.
Los musicales instrumentos, desde el clarín y trompetas, las percusiones y las voces bien delimitadas que, al combinarse, despiertan esa pasión por la cual muchos se formaron para estar frente a los grupos de niños e incitarlos a la superación siempre.
En un muy justo homenaje a un exgobernador de Tamaulipas, ejemplo de trabajo y amor por el terruño querido, esta generación llevó el nombre del Ing. Américo Villarreal Guerra, ilustre egresado de esta institución cuando fue Secundaria, Normal y Preparatoria, entonces ubicada en lo que hoy es la Casa del Arte.
Villarreal Guerra como gobernador y exalumno vivió el centenario de esta institución formadora de docentes y le tocó poner la primera piedra e inaugurar el nuevo edificio de la B y CENFT, en el que ahora continúa formando docentes en educación primaria e inclusión educativa.
El padrino de lujo de estos jóvenes egresados, correspondió al único secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que ha repetido en el cargo, el Barón de Villagrán, Arnulfo Rodríguez Treviño, quien se comprometió a seguir luchando por el magisterio del Estado y por facilitar el ingreso de las nuevas generaciones de docentes al Sistema Educativo Nacional.
Rodríguez Treviño invitó a sus nuevos ahijados para almorzar juntos al retorno del periodo vacacional de verano y en ese acto, entregarles una medalla conmemorativa de su graduación, así como buscar estrategias para su incorporación como docentes al Sistema Educativo Nacional.
Dentro de los asistentes la presencia de una destacada representación de la generación 1980-1984, ideo la Medalla “Profra. Blanca Anzaldúa Nájera”, presea que se entregó al primer lugar de aprovechamiento de la generación 2020-2024.
Por cierto, la ahora diputada local electa, Anzaldúa Nájera, estuvo en el presídium, no solo por el triunfo electoral del pasado 2 de junio, sino porque ella ha sido catedrática de esta Centenaria Institución por espacio de más de 30 años.
En un doble sentimiento -alegría y nostalgia- surge al ver rostros de ex maestros, ex directores y excompañeros de aula y oficinas que, pese a los años de servicio, siguen en las labores del gis o de la oficina, formando nuevos docentes.
Gracias Benemérita Escuela Normal Federalizada que nos haces recordar cuando estas ceremonias se transmitían por la Organización Radiofónica Tamaulipeca y Don David Núñez o Don Carlos Adrián Avilés Candia, eran las voces que por más de tres horas nombraban las muy largas listas de egresados y que por los años ochenta, llegaron a superar los 600 graduados.