Recientemente, durante la mesa de análisis en ORT, analizamos el papel que están jugando las redes sociales, en el actual proceso electoral, que culminará con los comicios del dos de junio. Para algunos compañeros periodistas, las redes sociales, no incidirán de gran manera.
Sin embargo, en opinión del autor de esta columna, resulta obvio que la irrupción de las redes, en la democracia mexicana, y específicamente en la tamaulipeca, será el agente fundamental, que definirá el rumbo del Poder Legislativo.
Las redes sociales, no asoman en los mítines. Pero sí están muy pendientes de todo lo que se mueve en materia de mensajes de toda índole, a lo largo de 18 o 20 horas diarias. Hay ciudadanos que prácticamente, a las seis de la mañana ya están enviando saludos en los grupos, y el tráfico de comentarios y de memes; de links y toda una artillería de comunicados, se manifiesta en toda su magnitud.
Actualmente, los medios tradicionales, como la prensa, la radio y la televisión, se alimentan de los insumos de las redes sociales, aunque hay que admitir que, en la ortodoxia mediática, sobresale el análisis, la reflexión, y la información fundamentada. Por ello, conforme ha pasado el tiempo, ambos agentes informativos, han pasado de una condición de choque, a un estado de complemento.
Las redes sociales y los medios seculares que hasta ahora, habían definido la participación ciudadana, han terminado por fortalecer el poder de decisión de la gente. El Estado ha dejado de ser propietario de la verdad absoluta, para encontrarse con una versión ciudadana más robusta, un pensamiento colectivo que, termina por imponer su tendencia.
Dicha condición ha originado que la clase política, y de manera especial quienes buscan el poder o mantenerse en el poder, recurran a personas con influencia en el internet, y en las redes. Se les llama influencers, porque, arrastran a grandes cantidades de seguidores, mismos que, inciden en la opinión de los ciudadanos.
Lo anterior, nos da la oportunidad para formularnos la siguiente pregunta: ¿son manipulables las redes sociales? ¿Hasta qué punto, un grupo económico o político, puede manipular el humor social de las personas, y orientarlas a favor o en contra de un partido o de un personaje?
El político mexicano que más se ha beneficiado de las redes sociales, es el actual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. De hecho, el día en que AMLO gana la elección, durante su primer discurso ante una masa de miles de personas en el zócalo de la ciudad de México, le agradece su triunfo electoral, arrasador a “las benditas redes socialesâ€.
Y tiene razón, porque sin el apoyo de las redes, Andrés Manuel, no hubiese podido romper el cerco de la oligarquía mediática, que, finalmente le hubiese dado el triunfo al PRI o al PAN.
¿Y cómo ha evolucionado ese amor virtual del Presidente de la República, con las redes sociales? En lo general, ha mantenido elevados índices de aceptación, y de blindaje, porque, cuando alguien critica a AMLO, de inmediato recibe una contundente respuesta por parte de sus seguidores.
Pero también, empieza a surgir una corriente de críticos, que le reprochan, que no haya resuelto, hasta ahora los graves problemas dela nación, especialmente el tema de la inseguridad.
Para efectos de la lucha que hoy se libra en Tamaulipas, entre MORENA y el PAN, y que se decidirá, en poco más de un mes, el tiempo juega un papel decisivo, porque, para el dos de junio, la marca AMLO todavía seguirá muy fuerte en las redes. Y esto podría catapultar el triunfo del obradorismo, en el Congreso local.
EL PAN y su estructura política, se aprestan a dar una batalla compleja, pues por un lado, tienen a un gobierno federal obradorista, que quiérase o no, tiene en sus manos el control de factores coercitivos, llámense nuevas leyes contra el fraude y mecanismos parecidos. Y por la otra, las redes sociales parecieran estar a favor del cambio.
Se vislumbra una lucha de poder a poder. Aunque, los nuevos factores de análisis, muestran a una MORENA unificada en el discurso, con actores políticos jalando en una sola dirección. Y eso puede, como le decíamos en columnas anteriores, modificar las tendencias y las posibilidades, a favor del morenismo.
——LA COLUMNA DE LORENZO MEYER, Y LAS NUEVAS RELACIONES DE AMLO CON LOS MEDIOS—
Ayer, leí una interesante columna del historiador y politólogo Lorenzo Meyer, donde establece un símil entre el Imparcial, periódico defensor del porfiriato y su ríspida relación con el gobierno maderista, con la difícil relación existente hoy entre la llamada Prensa crítica, herencia del neoliberalismo y el gobierno obradorista. Al final de la columna, Meyer deja claro que, el epílogo de la guerra entre el Imparcial y Madero, fue que ambos salieron perdiendo. A Madero lo asesinaron y el Imparcial desapareció. “La historia no se repite, pero da consejosâ€, advierte el prestigiado escritor y editorialista.