La polémica ex Secretaria de SEDESOL y de SEDATU, Rosario Robles Berlanga, la enamoradiza de ayer, la que cayó seducida por el astuto empresario argentino Carlos Ahumada, hoy vuelve a ser noticia nacional, en lo que a affaires de corrupción se refiere.
La controvertida dama acaba de ser recluida penalmente, acusada de malversar cinco mil millones de pesos. Para algunos analistas, la verdadera pieza mayor, no sería ella, sino su jefe el ex presidente Enrique Peña Nieto. Pero un enfoque más pragmático, sugiere que el sacrificio de doña Chayo en los altares obradoristas del combate a la impunidad, sería la ofrenda que el peñismo le está entregando a AMLO, para que con ella se escarmiente, y el tabasqueño presente trabajo, ante la opinión pública del país.
Otros más escépticos aseguran que Rosario no es una ballena sino una mojarra de mediano pelo, en comparación con los elevados círculos del ex Presidente Peña Nieto, donde sí se movió el billete a lo grande. Y donde pueden ubicarse a los verdaderos peces gordos.
En fin, mientras son peras o manzanas, resulta interesante echarle un vistazo al escenario tamaulipeco de esos tiempos de bonanza, cuando Chayo Bles se movía por el país, como una versión femenina de Santa Claus, con el morral lleno, para ejecutar los designios de su jefe desde la hoy jubilada residencia de Los Pinos.
Existen por lo menos dos personajes en Tamaulipas, a los cuales alcanzó a besar política y administrativamente Rosario Robles. El primero de ellos , es el riobravense Edgar Melhem Salinas, quien entonces se desempeñaba nada más y nada menos que como Delegado de SEDESOL en la entidad. La cercanía entre Melhem y doña Chayo, fue de verdad, de los más cercanos en el organigrama federal.
Recordamos como allá por agosto del 2014, el entonces titular de la SEDESOL federal en nuestro estado, hacía un reconocimiento público a su jefa Rosario, todo ello, al hablar de las bondades de la llamada Cruzada Nacional Contra del Hambre. En aquel entonces, Melhem hablaba de 44 mil tarjetas “Sin Hambreâ€, y de 92 comedores comunitarios instalados.
(Toda esa parafernalia propagandística, finalmente, no pudo contra los graves escándalos de la corrupción peñista. Y el PRI de EPN terminó entregándole el poder a López Obrador).
Fue tan notoria la excelente relación, que, en su momento, la Secretaria de SEDESOL, declaró que, el tamaulipeco Melhem, era su Delegado más destacado en el país. Y mire usted lo que es la política, lo que ayer fue motivo de halagos y reconocimietos, hoy puede ser factor de dudas y de suspicacias.
Después de narrarles las probadas muestras de cercanía y de lealtad entre Melhem y la entonces Secretaria Rosario Robles, es pertinente responder a la pregunta que formulamos, en el título de esta colaboración:
¿A quién afecta de lleno el chayazo tamaulipeco?
Obviamente que el que más resentiría este crudo episodio carcelario, impulsado desde las alturas de la 4T, es el mencionado ex diputado federal, mismo que en su momento, se ganó la confianza del entonces gobernador Egidio Torre, y hasta llegó a figurar como serio aspirante a la candidatura a gobernador, en el 2016.
El primero de agosto del 2014, durante la salutación de año nuevo en la explanada de palacio, el Gobernador Egidio quien sutilmente había apadrinado a Melhem, para que se convirtiese en Delegado de SEDESOL, declaró lo siguiente, en lo que se vio, como un abierto espaldarazo para su amigo y aliado:
“Con el trabajo de todos ellos, (Los delegados federales), nos va a ir mejor, mucho mejor, en beneficio de todos los tamaulipecos y de todos los mexicanosâ€. Dos años más tarde, el fulminante triunfo del panismo cabecista en Tamaulipas, echaría por tierra las palabras de Egidio, mismo que, al ver que sus enanos sucesorios no le crecieron, optó por aliarse con el adversario, y entregarle el poder.
Hoy, cinco años después de las glorias de Rosario Robles en SEDESOL federal, y de su predilección y sus apapachos para su brillante Delegado federal Edgar Melhem, el político riobravense, está buscando la dirigencia estatal del PRI, aunque con muy escasas posibilidades.
Con el reciente triunfo de Alejandro Moreno Cárdenas, y declarado ya como el virtual Presidente nacional del PRI en el país, se sabe que el grupo egidista en Tamaulipas, tiende a declinar.
Nuevos indicadores y escenarios emergen en nuestro estado, en lo que ya se observa, como la víspera en el reacomodo de fuerzas.
Figuras como la del ingeniero Enrique Cárdenas del Avellano, son recibidas con agrado, por parte de una militancia, sedienta de cambio. Pero sobre todo, hasta la coronilla del hartazgo de soportar a dirigentes políticos, que durante los últimos seis años, han llegado al cargo para hacer negocios y enriquecerse.
En el PRI nacional, se percibe ese fin de fiesta, donde una etapa de austeridad da inicio. Y se cierra otra, donde los contratos y los chapuzones en dinero público, fueron la constante.
La era de Peña Nieto, de Rosario Robles … y muchos otros, parece que ya no tiene cabida en el priismo.