Cuando los europeos llegaron a América lo confundieron con un caballo enano. Se trataba en realidad del xoloitzcuintle, un canino ancestral con más de 7 mil años sobre la tierra.
Este canino ancestral es endémico de México y Centroamérica.
“Convivía con los antiguos mexicanos de diversas culturas como compañero incondicional de su propietario, incluso después de su muerteâ€
Así lo comenta Jorge Alvarado Granados, criador con más de 20 años de experiencia para luego mencionar algo realmente sorprendente:
“Se creía que los perros acompañaban a sus dueños a transitar el camino hacia el Mictlán – el inframundo o sitio de eterno descanso- y servía de ofrenda funeraria a sus dueños.
El término xoloitzcuintle se origina del náhuatl: xólotl, extraño, deforme, esclavo, bufón, y de la palabra itzcuintli, perro.
Rostros antagónicos
En la mitología mexica, Xólotl era el dios de la transformación, de los gemelos o lo doble, la oscuridad nocturna, lo desconocido, lo monstruoso y la muerte.
Era considerado el hermano gemelo y contraparte del dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, quien representaba la vida, la luz y el conocimiento.
Ambos dioses encarnaban un rostro antagónico del planeta Venus en su tránsito frente al Sol.
Siete mil años en la tierra
Jorge Alvarado asegura que “este perro tiene más de 7 000 años de antigí¼edadâ€, lo que la hace una de las razas más antañas del mundo.
Otros investigadores creen que ya se había domesticado hace más de 5 mil 500 años. En América, el xoloitzcuintle era más que un simple animal.
A este canino se le consideraba un animal sagrado, un guardián y aliado trascendental.
Al borde de la extinción
El xoloitzcuintle estuvo al borde de la extinción durante la colonización europea.
Los conquistadores hallaron en él una fuente de alimento y también querían eliminar las tradiciones religiosas relacionadas a este animal.
De esta forma, esta raza fue obligada a guarecerse en la sierra de Oaxaca y Guerrero, donde encontró refugio.
Un perro único
Sus particularidades como la falta de pelaje y la pérdida temprana de sus dientes lo hacen único. En la antigí¼edad se usaba para tratar malestares reumáticos y asma.
Tras la Revolución Mexicana, la imagen del xoloitzcuintle fue adoptada por artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera, Rufino Tamayo y Raúl Anguiano.
Era uno de los símbolos nacionalistas que intentaban recuperar la identidad mexicana, “europeizada†durante el Porfiriato.
El xoloitzcuintle
– Su inteligencia, así como su temperamento social, fiel y cariñoso, pero también territorial y vigilante, lo hace ideal como perro guardián y de compañía.
– Xólotl, el dios prehispánico representado como hombre con cabeza de perro, representaba la cara nocturna de Venus al acompañar al sol en su trayecto por el inframundo.