El título de hoy pareciera ser un vocablo muy mexicano.
El ‘tumba burros’ cibernético nos saca del error y afirma que es una palabra del francés, usada desde 1870 para describir una manifestación política de la voluntad de invertir unas pérdidas territoriales sufridas por un país o región, a menudo después de una guerra.
Hay quienes relacionan el vocablo al espíritu revanchista alemán, tras las cláusulas del Tratado de Versalles, que desembocarían en el nazismo y sus consecuencias: la Segunda Guerra Mundial.
El espíritu mexicano hace sentir la revancha como una justificación a hechos que fueron quizá injustos; que causaron molestias, quizá ofensas y hasta la sabiduría popular reza que “la venganza es un plato que se come fríoâ€
Quizá con perspectiva diferente, pero con inferencias contradictorias, surgen las declaraciones de un personaje que fue relacionado con el otrora partido de las mayorías y que ‘brincó’ a tiempo al equipo triunfador de la jornada electoral del 2018, donde el gobierno cambia su camiseta a un solo color.
Me refiero a que el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), Santiago Nieto Castillo, anunció este jueves que el gobierno federal presentará una serie de denuncias por el supuesto financiamiento de terceros para la producción de la serie Populismo en América Latina.
La memoria popular de la Ciudad de México, seguramente tiene presente la imagen que se exhibió a los costados de autobuses de pasajeros urbanos, donde se anunciaba la serie con la imagen del ahora presidente de la república, Andrés López Obrador, junto al el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
En las redes sociales, hasta la fecha, se hace esta relación y más se acentuó con la crisis política de aquel país y el papel de no intervención que México ha declarado al mundo.
Según el titular de la UIF, Nieto Castillo, el Grupo Tv PROMO S.A. de C.V., fue identificado como la empresa que estuvo detrás de la “campaña negra†y que habría sido financiada por funcionarios relacionados con la empresa OHL y Grupo Peñoles.
El alto funcionario de la SHyCP declaró que uno de los accionistas de estas empresas es Alejandro Jesús Quintero Iñiguez, aunque también figuran sus hermanos Germán Arturo, Carlos, David Alfonso, Adriana y María Elena Quintero Iñiguez.
La denuncia se presentará ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE), precisamente de la que fue titular el abogado Santiago Nieto Castillo y como acusador o quejoso, basará la presunta violación al artículo 15 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales, y ante la Fiscalía General de la República (FGR) por un posible lavado de dinero.
La cita a la referencia legal dice: “Se impondrá de mil a cinco mil días multa y de cinco a quince años de prisión al que por sí o por interpósita persona realice, destine, utilice o reciba aportaciones de dinero o en especie a favor de algún precandidato, candidato, partido político, coalición o agrupación política cuando exista una prohibición legal para ello, o cuando los fondos o bienes tengan un origen ilícito, o en montos que rebasen los permitidos por la ley…. La pena prevista en el párrafo anterior, se aumentará hasta en una mitad más cuando la conducta se realice en apoyo de una precampaña o campaña electoral.â€
Aclaro al lector que no soy abogado. Sin embargo en una lógica de hechos, me parece muy cuestionable la denuncia, porque no perdamos de vista que ha habido mucha verborrea tendiente a desacreditar a personajes del país que no comparten ideas con el tabasqueño venido a presidente.
En la lista de nombrados se incluye a los expresidentes de la república, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña; a periodistas, como Carlos Loret de Mola, Ricardo Alemán, Fernanda Familiar, y desde luego a varios empresarios.
Quizá la denuncia mediática nuevamente se genere para abrir páginas y tener temas, pero en el fondo las cosas se quedan igual, porque o no hay elementos para el éxito de la denuncia o que también pudiera salpicar ¿lodo? para muchas oficinas gubernamentales y empresariales en boga.
También pudiera ser un distractor, una cortina de humo, una amenaza velada a los empresarios o para los comunicadores… Ya veremos y opinaremos.