Por Julio Manuel Loya Guzmán.
Reynosa, Tamaulipas.– En un movimiento inesperado, Verónica Castillo dejó la Coordinación de Delegaciones de la Secretaría de Bienestar (SEBIEN) del Gobierno de Tamaulipas tras poco más de dos semanas en el cargo.
La exfuncionaria argumentó que su salida fue forzada por maltrato y acoso laboral por parte de sus superiores, pero trabajadores de la dependencia afirman que su gestión estuvo marcada por un ambiente de temor y autoritarismo.
Fuentes internas de SEBIEN aseguran que Castillo utilizó su supuesta cercanía con el gobernador Américo Villarreal para ejercer un control arbitrario, perjudicando a empleados y difamando a políticos para escalar posiciones.
«Ella predicaba el humanismo, pero en la práctica fue todo lo contrario: incompetente, soberbia y autoritaria. El poder mal manejado se convierte en prepotencia», expresó una de las empleadas afectadas.
Los nombres de los afectados los reservamos pues dicen tener temor por su seguridad, y es que la hoy exfuncionaria también pregonaba en la depedencia haber resuelto ella sola el secuestro y liberación de su papá, José Ventura Castillo.
La actitud de Verónica Castillo, quien se presentaba como una figura cercana y poderosa dentro del entorno político estatal, llegó al extremo de ignorar incluso los llamados de la esposa del gobernador y presidenta del DIF Tamaulipas.
La renuncia de Castillo quien también es Senadora suplente por MORENA, ha sido celebrada por el personal de SEBIEN, mientras que la exfuncionaria se declara víctima de un acoso sistemático por parte del subsecretario Samuel Badillo, a quien responsabiliza de su salida.