Decía Aristóteles que nadie puede vivir solo, por eso existe la sociedad. Sin embargo, hay otra realidad que hoy en día, imposible negar: el hombre, el ser viviente, las plantas no pueden vivir sin el agua. El agua es parte del planeta, pero también de la naturaleza. Pero el agua, que es parte de la naturaleza, tiene un ciclo: y en cierta medida, el hombre con su acción en la naturaleza, ha propiciado que haya menos disponibilidad para el consumo humano.
Ayer les comenté del libro “Desafíos en el desarrollo de Tamaulipas” hice mención que la aportación de los autores es relevante, porque estamos acostumbrados a que los gobiernos, en sus informes, nos digan cosas buenas, pero nunca de los problemas y su magnitud, hasta que los vivimos en carne propia. Es el caso del agua, aquí en Victoria, al grado que el presidente municipal, agobiado, hasta nos pedía que hiciéramos oraciones a Dios… y el día que llovía estaba muy feliz.
¡SE ACABA EL AGUA!
Uno de los pensamientos, o creencias, es que el agua nunca se va a acabar. Sin embargo, en el caso de Tamaulipas y de Victoria, año con año hemos sido testigos de como cada vez tenemos menos agua. Y es cuando nos ponemos a pensar: ¿Por qué razón no sale agua de la llave? Y en principio, como pagamos impuestos, le echamos la culpa al gobierno, a los que administran el liquido vital. Que no hacen bien las cosas, pensamos. La cuestión es, en todo caso, preguntarnos, ¿Qué esta sucediendo y que, obvio, no haya forma de que uno lo pueda remediar?
La primera respuesta tiene que ver con el cambio climático: cada vez hace mas calor, llueve menos, y el calor se hace insoportable. A los victorenses, por ejemplo, nadie nos puede presumir que aguanta el calor como nosotros, estamos en primavera y ya hemos tenido 40º . Y entonces, nos preguntamos: ¿Qué impacto tiene el cambio climático? ¿Por hay cambio climático? ¿Quién tiene la culpa? Y al revisar nos damos cuenta que, de plano, el ser humano es el culpable: la acción humana es la que mas impacta. Y, si, entonces sí, debemos pensar que un día puede que no haya agua para tomar.
SEQUIA CRONICA.
Los estudios indican que en México disminuye a un tercio la disponibilidad de agua. Y en el caso de Tamaulipas, creo que no olvidamos el año 2023, “enfrento la peor sequía de los últimos 80 años, especialmente en el sur del estado, debido a una prolongada sequía, con más de medio millón de personas sin acceso al agua potable repartidos en 20 de sus 43 municipios que se declararon en semáforo rojo” (Navarro Leal, 2025:26).
Refiriéndose al país, se hace notar que “40% del agua municipal se pierde en fugas y en la agricultura esta perdida es de 50%; solo 14% de la población cuenta con agua en su hogar todo el día, y sólo la mitad del agua residual recibe algún tipo de tratamiento. Aunado a esto, en el norte, centro y noreste del país habita casi un 80% de la población, que genera un PIB alrededor del 83% del país; sin embargo, solo cuenta con el 33% del agua renovable”.
LAS CAUSAS.
El problema no es fácil. No es solo de infraestructura, para los expertos, apuntan que hay factores físicos: como el incremento en la temperatura global y la variabilidad de las precipitaciones; que hay causas antropogénicas, como la carencia de gestión y reglamentación adecuados y la falta de mantenimiento de infraestructura. Otros autores, incluyen otros factores: el crecimiento desordenado, poblacional y urbanístico, la falta de planeación y de inversiones y una alta vulnerabilidad climática en 24% de los municipios mexicanos… y, a todo esto, hay que agregar otros factores: la salinización del suelo, la intrusión marina y la sobreexplotación del recurso.
Como se puede deducir la problemática del agua no es fácil de resolver. Son muchos factores y, en la práctica, tanto el gobierno como la población somos los culpables. En este caso, las explicaciones de Glenda Nelly Requena Lara, Rene Ventura Houle y de Juan Francisco Morales Pacheco son un excelente aporte. Y como afirma Marco Aurelio Navarro, el coordinador de “Desafíos en el desarrollo de Tamaulipas” uno de los motivos es coadyuvar a quienes toman decisiones tengan un panorama claro del problema.