El 30 de octubre de 2025, Tamaulipas vivió un momento histórico: por primera vez, el Supremo Tribunal de Justicia fue encabezado por una mujer electa por el pueblo, Tania Gisela Contreras López, destacada profesional del derecho, quien asumió este cargo con la responsabilidad de impartir justicia para todos los tamaulipecos.
No se trata solo de un cambio de liderazgo; 147 juezas, jueces y magistrados del nuevo Poder Judicial también tomaron protesta tras ser elegidos directamente por la ciudadanía, como parte de una reforma inédita en México que fortalece la legitimidad democrática del sistema judicial.
Durante la ceremonia, el diputado Humberto Prieto Herrera lanzó un mensaje firme y directo, recordando que la legitimidad recibida por los nuevos juzgadores no es un privilegio, sino una obligación multiplicada. Prieto subrayó que la confianza del pueblo exige compromiso, imparcialidad y ética profesional, y que la labor de los jueces impacta directamente en la vida de cada ciudadano. Su intervención refuerza la idea de que el Poder Judicial de Tamaulipas ya no será un instrumento político, sino un órgano responsable y cercano a la sociedad.
El gobernador Américo Villarreal Anaya destacó que la ley sin justicia es opresión. Esta nueva estructura judicial busca que ambos conceptos se complementen: la ley como norma escrita y la justicia como principio ético, unidos para garantizar equidad, transparencia y respeto a los derechos humanos.
Tania Gisela Contreras dejó un mensaje claro y contundente: “Combatiremos la corrupción sin titubeos”. En el nuevo Tribunal de Disciplina no habrá impunidad ni tolerancia; cualquier acto de corrupción quedará expuesto y sancionado, enviando un mensaje firme sobre la responsabilidad ética del Poder Judicial.
La toma de protesta, realizada en el Polyforum de Ciudad Victoria, fue un acto público, solemne y sin precedentes, que reunió a los tres Poderes del Estado, todos respaldados por el pueblo y comprometidos con un proyecto de justicia integral y transparente.
Este cambio histórico deja un legado claro: la justicia en Tamaulipas deja de ser un privilegio o un instrumento político y se convierte en un compromiso real con la ciudadanía, donde cada sentencia refleja principios, valores y el interés de la comunidad.
Por ello, a usted, lector y ciudadana o ciudadano de Tamaulipas, este acto le pertenece. Es un llamado a vigilar, exigir y participar activamente en la construcción de un Poder Judicial que sirva con imparcialidad, equidad y responsabilidad. La justicia que hoy comienza no es solo un símbolo, es un derecho que debemos cuidar y fortalecer entre todos.
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