Ciudad de México. – En un hecho histórico, la Cámara de Diputados aprobó prohibir la venta de bebidas energéticas a menores de edad en todo el país, al considerar que representan un grave riesgo para la salud física, mental y emocional de niños y adolescentes.
Con 401 votos a favor y sin un solo voto en contra, el pleno avaló la reforma a la Ley General de Salud, que ahora pasará al Senado para su ratificación.
La enmienda define como “energéticas” aquellas bebidas que contienen cafeína, taurina, glucuronolactona, vitaminas del complejo B y altas dosis de azúcar, sustancias que, combinadas o consumidas en exceso, pueden ocasionar alteraciones cardíacas, problemas de sueño, ansiedad, depresión y adicciones.
Debate con consenso y frases duras
El diputado Emiliano Álvarez López (Morena) sostuvo que el interés superior de la niñez es un deber constitucional y moral: “Las bebidas energéticas se publicitan como inofensivas, pero esconden riesgos que ponen en juego el desarrollo físico, mental y emocional de los menores”.
La emecista Amancay González Franco cuestionó el “enfermizo interés” de las empresas que producen estas bebidas y lanzó una frase que marcó el debate: “Quieren una sociedad de zombis, adictos y enfermos. ¿Qué queremos, vida o alas?”
Desde el PRI, la diputada Abigail Arredondo reveló que 43% de los consumidores mezcla estos productos con alcohol, lo que puede derivar en problemas cardiovasculares, crisis de ansiedad e incluso muertes espontáneas.
El PVEM y el PT coincidieron en que la medida coloca la salud por encima de los intereses económicos y de la publicidad de las grandes corporaciones.
Reglas más estrictas
El dictamen establece que la Secretaría de Salud será la encargada de definir qué sustancias y mezclas deben catalogarse como “energéticas”, y de emitir las normas oficiales para regular su consumo y publicidad.
Además, los comercios deberán exigir identificación oficial para verificar la mayoría de edad antes de vender estas bebidas.
El plan también incluye campañas de información dirigidas a menores y grupos vulnerables sobre los riesgos del consumo de estos productos, especialmente cuando se combinan con alcohol o ejercicio intenso.
Con esta decisión, México se suma a la tendencia internacional de restringir el acceso de los jóvenes a productos que, aunque se comercializan como “inofensivos”, esconden riesgos graves para la salud.