I/II
Moisés EDWIN BARREDA
No se precisa mucho talento o ser pitoniso para barruntar que el convertir Washington al ex soldado ronald johnson en diplomático a la carrera para dirigir su embajada en nuestro país, so pretexto de también colaborar con el gobierno mexicano a combatir al narcotráfico y la inseguridad, sea preludio de eventual y nada ortodoxa invasión, empezando por sondear las posibilidades y personas civiles y militares que contribuyeran a hacerla sin escándalo que levante ámpula.
A dicha premonición, que no tiene nada de paranoia, contribuye el que muchos años el interfecto fue funcionario de alto rango de la Agencia Central de Inteligencia –traducción de CIA— destacado para operar en América Latina.
Es de pensarse que el ex soldado Jonhson comenzaría capitulo parecido al de la conspiración auspiciada por henry lane wilson con victoriano huerta y otros codiciosos de la Presidencia contra Francisco I. Madero porque éste le dio la espalda a washington, que lo apoyó para fraguar la revolución que opacara la emprendida mucho antes del 20 de noviembre de 1910 por Ricardo Flores Magón, pues le temían por su filiación anarquista, que bien pudo haber sido circunstancial, como la vinculación del presidente Juárez y el periodista Francisco Zarco con la doctrina Monroe.
Aunque siempre se le regatee, se le niegue y hasta se le desconozca, Ricardo Flores Magón fue el verdadero apóstol de la democracia, uno de los más grandes héroes de la Patria.
Por como van las cosas y por los decires y acciones de los títeres del traidor apátrida carlos salinas de gortari, comom el claudio xoconostle laporte y ahora el xoco gonzález, no es difícil que, como escribiera María Gayón Córdova en su opúsculo titulado “1847-1848 La resistencia popular a la invasión yanqui en la ciudad de México”, más pronto que tarde en el ámbito rural –inicialmente— millones de mexicanos andemos hostigando y cazando a la soldadesca gringa, como entonces en esta capital federal.
El nombramiento de johnson y el propósito que se intuye parecen unas de las evidencias más claras del fuerte disgusto de washington porque el gobierno de la Cuarta transformación ha recuperado la dignidad y la soberanía del país, algo antípoda al cínico entreguismo de carlos salinas de gortari a USA.
De ese entreguismo dan certeza el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que ese indviduo ideó y propuso a USA y su orden al rapaz Ernesto Zedillo, entonces Secretario de Educación, de eliminar de los libros de texto gratuito el pasaje relativo a los niños héroes de Chapultepec, lo que fracasó porque provocó indignación popular; pero sí se eliminó de los programas de estudio la historia antigua de México, claro afán de despojarnos de nuestras raíces y poco a poco los mexicanos aceptemos sin remilgos que México sea traspatio o protectorado abiertamente de vecno del Norte, como consecuencia de ese entreguismo.
Seguramente si se desclasificaran documentos de época de los vastos archivos del Departamento de Estado se confirmaría que desde mucho antes del cínico y codicioso “destino manifiesto”, con más frecuencia a partir de 1953 con la creación de la CIA, las embajadas yanquis, esa agencia y la USAID desde 1961 en todas las entidades latinoamericanas y caribeñas –fracasaron rotundamente en Cuba y Venezuela– identifican y cooptan a personas físicas y morales eventuales traidoras a las respectivas Patrias, como las que han facilitado derrocar gobiernos democráticos de veras, rebeldes a los dictados e intereses geopolíticos y económicos del propio Washington y las transnacionales que representa porque lo nutren y dirigen, o imponer directa o indirectamente los convenientes (Continuará)