En el escenario es que tenemos una nueva persona en el timón de esta nación que es México. Esta nueva persona, Claudia Sheinbaum, con todo y sus 48 días en el poder presidencial decidió asistir a la cumbre mundial de jefes de estado en Brasil, a las que año con año decidió no ir el inefable AMLO.
México vive, padece,sufre, una gran crisis de violencia, en que es evidente que los niños y adolecentes son coptados, buscados, por las diversas bandas de la delincuencia.
Debiendo aplicarse solamente en su preparación, capacitación para incoporarse al mundo laboral ya de grandes, hay una estudio del Instituto Nacional de Estadistica y Geografía, INEGI, de que en el 2023 el trabajo infantil creció 14% en México, abarcando a 3 millones, 700 mil menores de edad.
Este estudio señala que 13:1% de los menores de edad tienen una ocupación que no es precisamente ir a la escuela.
El campo, la construcción y el comercio son sus principales actividades. De este universo de menors trabajando el 60% son hombres y 4’% mujeres.
Al preguntar sobre los motivos por los que trabajan, la mayoría de los menores de edad que participan en el mercado laboral lo hace por gusto o sólo por ayudar (31.5%), péro también para pagar su escuela (22.7%), porque en su casa necesitan el aporte (18:4%), para aprender un oficio (15.2%) o para pagar deudas (12.2).
Han de saber que de inicio la Organización Internacional del Trabajo, OIT, instituyó el Día mundial contra el trabajo infantil.
Precisa la OIT que con esto se busca hacer del conocimiento de todos los riesgos en los que se encuentran las niñas, niños y adolescentes que realizan algún tipo de trabajo infantil.
Según esto se estableció poner fin a cualquier forma de trabajo infantil para 2025.
Y es que ingresar al mercado laboral a edades tempranas puede traer consecuencias que afectan el desarrollo de los niños y adolescentes. Un menor de edad que trabaja puede, por un lado, disminuir el tiempo y calidad invertido en el estudio u otras actividades que favorecen su crecimiento y, por otro, exponerse a sufrir algún problema físico o psicológico por realizar actividades no adecuadas.
El INEGI tiene estos datos. El trabajo infantil se define como la participación de las niñas, niños y adolescentes en formas de trabajo prohibidas que, de acuerdo con la legislación nacional así como los convenios y recomendaciones internacionales, se refiere a la participación de personas de 5 a 17 años que durante.
Los resultados estiman que 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes están ocupados en formas de trabajo prohibidas, cifra que representa 11.5% de la población de 5 a 17 años.
El total de niñas, niños y adolescentes en condición de trabajo infantil, 1.8 millones se desempeñan en una ocupación no permitida, 262 mil realizan alguna ocupación no permitida y quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas y 1.3 millones realizan exclusivamente quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas.
De los 3.3 millones de menores de 5 a 17 años en situación de trabajo infantil, 61% (2 millones) son hombres y 39% (1.3 millones) son mujeres. La tasa de trabajo infantil por sexo muestra que 13.6% de los hombres está en esta situación y el porcentaje de mujeres es de 9.2 por ciento.
Con respecto a la población en trabajo infantil, 52.1% tiene de 15 a 17 años (grupo que está en la edad legal para laborar pero entra en esta categoría por realizar actividades o servicios domésticos peligrosos); por debajo de la edad mínima para trabajar, 37.2% tiene de 10 a 14 años y 10.7%, de 5 a 9 años.
Vale decir que la Ley Federal de Trabajo vigente establece que la edad mínima para trabajar es de 15 años, quedando prohibido el trabajo por debajo de esta edad y todo empleo que esté definido como peligroso para una persona que tenga por debajo de los 18 años. A partir de esto se clasifica el trabajo de la población de 5 a 17 años en: ocupación permitida y no permitida. Así, 93.8% (2 millones) de la población de 5 a 17 años ocupada, está en ocupación no permitida. Por sexo, esta situación se presenta en 96.1% (1.4 millones) de los hombres ocupados y en 88.6% (0.6 millones) de las mujeres ocupadas.
El trabajo peligroso es aquel en el que los menores están expuestos a abusos de orden físico, psicológico o sexual; se realizan bajo tierra o agua, en alturas peligrosas o espacios cerrados; se utiliza maquinaria, equipos o herramientas peligrosas; se realiza en medios insalubres; con temperaturas, ruido o vibraciones perjudiciales; se da en horarios prolongados o nocturnos, o son trabajos que retienen injustificadamente a la niña o niño.
Al observar a la población de 5 a 17 años en trabajo no permitido, destaca que, seis de cada 10 (60%) están en ocupaciones peligrosas y cinco de cada 10 (47.9%) participan en sectores de actividad peligrosos. Un 64.1% son masculinos y 49.9% femeninos. NOS VEMOS.
Azahel Jaramillo Hernandez
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