Corrupción pandémica

La corrupción se entiende como el proceso de quebrantar deliberadamente el orden del sistema, tanto ética como funcionalmente en beneficio propio o de otros. Desde luego que los corruptos cometen una ilegalidad, aunque pueden presionar u obligar a otros a cometerla.

La corrupción suele estar relacionada en el imaginario popular en el mundo de la polí­tica y al enriquecimiento ilí­cito: aplica a muchas instancias, luego entonces hay corrupción en polí­tica, económica, sexual, etc. Aunque en todos los actos se identifican grandes factores: el dinero, el poder y el sexo.

En el caso de la Pandemia del COVID-19, han surgido temas de corrupción como el no surtir de insumos básicos para que el personal médico y de asistencia a enfermos, cuenten con los elementos mí­nimos para el desempeño de su trabajo y no son pocos los mexicanos entre médicos, enfermeras, asistentes y demás personal, que se haya contagiado y hasta muere por la falta de este material. También el escándalo con los respiradores del junior, vendidos al IMSS… en fin.

Por la mañana de este lunes 15 de junio, Azteca 7, difundió la noticia de la periodista regia, Rosalinda Tovar, que publica en El Horizonte, la historia donde supuestamente una residente del municipio de General Terán, de nombre Brí­gida Martí­nez, acompañada de su hija Ana Cecilia Maldonado, llegaron hasta el Hospital La Carlota en Montemorelos, porque su paciente presentaba hiperglucemia y sí­ntomas hepáticos.

La Carlota forma parte del Consorcio Nacional de Hospitales Privados y hace unos meses firmaron un convenio para atender pacientes NO COVID-19, del IMSS, ISSSTE, SEDENA, SEMAR, PEMEX e INSABI.

El Hospital en Montemorelos se ha distinguido no solo por tener un excelente equipo médico y de asistencia, sino que a lo largo de su existencia ha abierto sus puertas a la población vulnerable, auxiliándoles, con convenios entre municipios, incluido Tamaulipas, a empresas y clubes sociales, no solo con consulta médica, sino de cirugí­a, medicamentos y hasta hospitalización.

Por la Pandemia, en el sitio oficial, La Carlota publica sus premisas generales, donde señala su renovación en “…su compromiso de educar y aliviar el dolor y el sufrimiento frente a la contingencia del COVID-19, por lo que el hospital: 1. Abre sus puertas a la población con sí­ntomas de COVID-19 con lí­neas telefónicas 24/7.”

También promueve medidas contra el contagio; ofrece orientación; oferta polí­ticas de acceso y restricciones para romper las cadenas de contagio; establece protocolos de atención médica para evitar contagios y también para la atención de enfermos de COVID-19; Mantiene redes de colaboración con las autoridades civiles y de salud de nuestro municipio, estado y paí­s.

El caso es que según Ana Cecilia Maldonado, recibió ‘la oferta’ del Dr. JoséLuis Sánchez Silva, por $50 mil pesos, “…por firmar un documento donde aceptaba que su madre habí­a muerto por COVID-19”, publicó El Horizonte, solo que Doña Brí­gida Martí­nez estaba viva y no tení­a el virus.

El decir de la familia de Doña Brí­gida, “…el doctor que atendió a nuestro paciente, quiso falsificar el diagnóstico y mintió sobre la gravedad de la enfermedad…” por lo que rechazaron tanto el cuadro clí­nico como los 50 mil pesos.

Tv Azteca de Monterrey buscó a la familia de la paciente y en entrevista, refirieron que inicialmente en el Hospital de La Carlota ingresaron a Doña Brí­gida a la

zona de pacientes con COVID-19. Estando ahí­, el médico JoséLuis Sánchez Silvales, hizo la propuesta del dinero que rechazaron. Tres dí­as después, bajaron a piso a Doña Brí­gida porque la prueba del COVID-19 salió negativa.

Ana Cecilia, vocera de la paciente, es empleada doméstica de la Sra. Rosa de León Garcí­a, Primera Regidora del PRI en el Ayuntamiento de General Terán, que al enterarse de la irregularidad, envió una carta a la directora de la Clí­nica La Carlota para que tomara las medidas del caso.

Conductores de la compañí­a Televisora Regia, en su emisión del medio dí­a, también se sorprendieron del tema y el equipo periodí­stico afirmó que el gobierno -sin precisar, estado o federación- entrega a cada hospital, la cantidad de medio millón de pesos por cada paciente que atienden de COVID-19.

Me parece que el prestigio del Hospital La Carlota está muy en entredicho y debe aclarar lo más pronto posible, aunque hay inconsistencias en la página oficial del Hospital La Carlota.

Por un lado, señala que firmó un convenio con el Consorcio Nacional de Hospitales Privados para NO recibir pacientes diagnosticados con COVID-19; en el mismo sitio, en la sección Sitio Oficial de Comunicados habla de la atención a pacientes COVID-19.

¿Es posible la corrupción en el Hospital La Carlota de Montemorelos?

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