¡Hagan su juego señores!, parece decir el croupier del escenario tamaulipeco, frente a los dos grandes apostadores del poder: MORENA y el PAN.
Por ahora, pese al sabotaje mercenario de Yeidckol Polevnsky, MORENA sigue encabezando las encuestas, con una proyección de que ganarían 18 de las 22 diputaciones de mayoría. Pero..alguien debe poner orden, en este enfrentamiento interno, y ese debe ser el Presidente de la república.
Se dice que los juegos de villanos, como el de esa mulita de Troya, llamado Héctor Garza, el Guasón, ya están sobre el primer escritorio de Palacio Nacional.
En los trascendidos de Milenio, se habla igual de que el Super Delegado, JR le habría formulado fuertes reclamos al senador Américo Villarreal, acusándolo de imponer candidaturas desconocidas. Todo esto, obviamente, es parte del juego que está haciendo el gobierno estatal, para llevar agua a su molino. Pero los aludidos deberían de aclararlo. Porque el que calla, otorga.
Lo que se ve, es que, el gobernador ya puso en marcha su estrategia. ¿Cuál es la de Andrés Manuel López Obrador?
¿Permitirá el Presidente que ese orgullo de su tesón y de su perseverancia política llamada Movimiento de Regeneración Nacional, sea derrotado en nuestro estado?
Un fracaso del obradorismo en Tamaulipas, le abriría la puerta a otras expresiones políticas, para que le falten al respeto a MORENA, en el resto del país. Perderían lo invicto. Los despojarían de esa aureola de triunfadores que ahora tienen, y en suma, los volverían vulnerables, ya desde un inicio del sexenio federal.
Pero eso no es lo más importante: lo verdaderamente esencial es que, si los morenos no logran ganar la mayoría del próximo Congreso local, entonces los cambios que ellos están proclamando, en temas como la corrupción, la seguridad, la paz social y el desarrollo económico, no van a darse en nuestro estado. En otras palabras: adiós a la tan anunciada Cuarta Transformación.
Tamaulipas seguirá caminando a la cola de la historia, como hasta ahora ha venido ocurriendo, cuando sabemos que la alternancia nos llegó con más de un cuarto de siglo de retraso, pues Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador diferente al PRI, ganó, desde 1989.
Tamaulipas es el gran rezagado de la historia. El mejor botón de muestra es que, su fundación a manos de Escandón, se dio hasta mediados del siglo XVIII, con más de doscientos años de atraso, respecto de la Conquista.
La política es la magia que les fue dada a los humanos, para competir con el destino. En ocasiones ellos logran torcerlo. En otras, el destino los derrota, e impone su ley. El destino de Tamaulipas, después del 2018, parecía estar a la izquierda, pero…¿será capaz el cabecismo de modificar ese derrotero, y lograr que las urnas del dos de junio, marchen rellenas de sufragios por la derecha?.
Mis manos bajan como cada atardecer hasta el tablero de la computadora para iniciar el diálogo conmigo mismo. Así es la labor del columnista: solitaria, subjetiva. No buscamos noticias, hablamos de ellas y elaboramos juicios, tratando de seguirle el paso a la galopante realidad. Y ese es justamente el punto.
¿Qué es lo que está sucediendo ahora, en el insólito escenario de la política tamaulipeca? Algunos dicen que le hace falta un liderazgo articulador a MORENA en Tamaulipas, y es probable que así sea. Aunque la verdad de fondo, es que, todo dependerá de lo que haga o deje de hacer, el dueño del changarro nacional.
A mi me padece que si realmente AMLO quiere gobernar esta entidad norestense, debe, en primer lugar, meter en orden a su gente, empezando por la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky, cuyo nivel de cinismo político, en su juego de manos con el gobierno estatal, es más que evidente.
Empecemos por poner sobre la mesa, los nombres de los principales actores: el Presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
El primero viene de una elección presidencial victoriosa, y apenas inicia su proyecto de país, conduciendo la política interna, desde sus conferencias mañaneras. El segundo, viene de un escenario agridulce: primero arrasó con el PRI, en el 2016, después lo arrasó MORENA en el 2018.
La defensa de ese campeonato que le ganó al PRI por nocaut, ahora Cabeza lo tiene que hacer ante el partido del Presidente de la República. Pese a todo lo que ha ocurrido, en estos días, MORENA tiene aun, fuertes ventajas: sigue apoderado de la bandera del cambio y el hartazgo ciudadano de las redes sociales, no solo se mantiene, sino que crece.
Irónicamente, lo que estamos viendo, es que el pueblo de Tamaulipas anhela el cambio, pero las luchas por el poder entre la burocracia política que se ha creado en MORENA, amenaza con erigirse, en el principal obstáculo.
Todo parece quedar en manos de los electores.
Si las familias salen a sufragar en una gran porcentaje, entonces es probable que, con todo y candidatos desconocidos, el morenismo gane la mayoría del Congreso, porque la gente no votaría a favor de, sino en contra de, como ocurrió en el 2016, cuando el que fuese el candidato del PAN ese ganaba.
Los electores lo que querían era desquitarse en las urnas. En la elección de ahora, no sabemos que tan fuerte pueda ser el sentimiento anti panista en el estado.
¿Será lo suficientemente fuerte, como para empujar la segunda alternancia?