Existe una evidente crisis en los partidos tradicionales (PRI, PAN y PRD) y los partidos parásito (PVEM, PT y Movimiento Ciudadano). Esta crisis la deben tomar con total seriedad pues es si no cambian estarán condenados los tradicionales a convertirse en micro partidos parásito y los parásito desaparecerán sin pena ni gloria.
Todos los partidos se escudan de su fracaso en las elecciones del primero de julio en que Morena fue un tsunami sumado al efecto AMLO pero que no va a pasar de nuevo, que es un hecho aislado o bien dicen que Morena busca instaurar un priato de partido único y hegemónico. Nada más fuera de lugar que eso ya que fueron los yerros de los partidos lo que provocaron sus actuales crisis electorales y que dejaron el terreno fértil para un movimiento social convertido a la vez en partido político para que arrasara en todas partes del país rompiendo barreras y pulverizando al PRI, PAN y PRD en sus propios bastiones.
Con el éxito de Morena yo me atrevo a decir que las cuatro nuevas opciones políticas que veremos constituirse en partidos políticos derivados del PRI, PAN y PRD el próximo año pueden llevarse “entre las patas†a algunos partidos parásito y quizá a alguno de los tradicionales. Por otra parte se terminará por consolidar Morena con su institucionalización y teniendo éxito en las siguientes elecciones de aquí al 2021.
El PRI, PAN, PRD y el extinto Nueva Alianza tendrán posibles rompimientos dependiendo como van procesando la derrota que por lo que veo la están llevando muy mal y con pésimos resultados pues se niegan a cambiar y pretenden seguir con las viejas prácticas que los llevó al atolladero. Iré mencionando las nuevas opciones que tendrán cada uno de los militantes de los partidos tradicionales con nuevos partidos.
Empezamos con el PRI, este partido está casi liquidado y en la lona pues sufrieron seis años de desgaste profundo por los innumerables casos de corrupción tanto dentro del partido como en el gobierno federal y los más de 20 gobiernos estatales. Ejemplos hay muchos, como los ex gobernadores César Duarte, Javier Duarte, Aristóteles Sandoval, Rodrigo Medina, Egidio Torres Cantú, Fidel Herrera, Humberto y Rubén Moreira, entre otros. Fue tal el hambre de estos políticos que un impresentable ex gobernador de Oaxaca acusado de corrupción, colusión con el narco y abuso de poder como Ulises Ruiz está por formar un partido llamado Alternativa que busca rescatar los valores, la esencia, los principios y mucho más de lo que supuestamente era el PRI. Esto le puede funcionar pues la marca de partido tricolor no suma, sino que resta.
El PAN que es el partido con menos militantes de los siete existentes (si, tiene menos que los partidos parásito) se encuentra entre la espada y la pared pues la lucha interna por el control del partido está entre los políticos de siempre, la cúpula del partido y la militancia que exige regresar a los principios que el blanquiazul siempre tuvo y sostuvo como oposición y que perdió al ejercer el poder y coludirse con el PRI en el famoso pacto por México. Este partido corre el riesgo de perder el registro si hay una desbandada de militantes al nuevo partido que formará Margarita Zavala con el nombre de LIBRE que aprovecha el nicho del liberalismo que el PAN abandonó hace mucho tiempo.
En el caso del PRD hay voces de las corrientes Nueva Izquierda y Galileos para constituir un nuevo partido tomando el registro del sol azteca para ese fin. El detalle es que hay corrientes que se niegan a dar ese paso y por lo tanto se corre el riesgo que ambas corrientes inicien en enero próximo la construcción de un nuevo partido político de izquierda abandonando el socialismo democrático que predomina en el PRD y alinearse a la izquierda progresista, de vanguardia y socialdemócrata. Esa es la misma idea en caso de que se decida tomar el registro del PRD para fundar un nuevo partido. El problema son las tribus o corrientes que no se ponen de acuerdo como siempre y les va a llover de aquí a que tomen una decisión clara pues aún sus consejeros se mueven en bloque dependiendo la corriente a la que pertenezcan. ¿Ahora si pensarán por el bien del partido y no de su tribu?
Finalmente está un nuevo partido que sería la versión 2.0 de Nueva Alianza pues sería un partido conformado por el poder político y económico de Elba Esther Gordillo, el ex dirigente del Partido Encuentro Social Hugo Erick Flores y otros políticos que buscarán llevar a la elección presidencial de 2024 a nada más y nada menos que a Cuauhtémoc Blanco, de hecho, el nombre tentativo para este partido es Partido Blanco. No es imposible que Cuauhtémoc Blanco pueda llegar a la presidencia ya que si logra tener un gobierno medianamente bueno en Morelos su popularidad, arraigo y una estructura sólida a nivel nacional lo pone en la jugada de 2024.
Estos cuatro partidos aún no se fundan y ya le tienen pavor los partidos tradicionales y terror los partidos parásito. Ellos lograrán oxigenar la política mexicana que está tan desacreditada que la gente ya no quiere escuchar nada de ellos. El que existan nuevas opciones en un principio pulverizará a los partidos, pero provocará que los partidos tradicionales o grandes que están acostumbrados a tener decenas de millones de pesos mensuales de prerrogativas, sufran al no contar con los fondos suficientes para seguir sosteniendo los comités directivos municipales, estatales y los CEN.
Ya estamos viendo cómo el PRI y el PRD están deshaciéndose de sus trabajadores, pensando en vender predios u oficinas porque quedaron muy golpeados. Los partidos parásito no tienen gran problema ya que no tienen comités en todos los municipios y en algunos estados apenas tienen representación con alguna oficina pequeña. Ellos están acostumbrados a no tener fondos.